sábado, 6 de agosto de 2011

Intento de novela

CAPITULO 3

Esa tarde, como solía ocurrir dos tardes a la semana, Juan iba a la consulta del psicólogo.
Juan era un hombre adulto, en su etapa de joven había sido un chico guapo, que atraía a muchas chicas, pero ninguna había sabido ganarse cada uno de sus pensamientos, su corazón y su vida como Marta. Esa joven de pelo castaño, ojos claros y con la carita llena de pecas… Toda su vida había girado en torno a ella, sus últimos 23 años de vida los había pasado junto a ella… pero ahora ella ya no estaba junto a él.
Todo ocurrió una tarde hacía ahora más o menos un año, Marta se disponía a preparar la cena cuando se dio cuenta de que faltaba pan, y bajó a comprarlo.
Ese pequeño gesto fue el que cambió la vida de toda su familia. Marta fue a por el pan, pero nunca regresó. Todo por un muchacho que conducía borracho, ese fatal accidente que le costo la vida a Marta, a su Marta…
Y ahora él seguía allí, sentado en un sillón esperando entrar para hablar con la psicóloga, no podía evitar que unas lágrimas resbalasen por sus mejillas, ¿por qué no había ido él a por pan? ¿Por qué no le dijo antes de que fuera lo mucho que la quería?

Pero en ese momento paró de llorar, se secó las lágrimas y se prometió que tenía que ser fuerte, por Marta, por su hija, por esa hija tan maravillosa que habían tenido en común. Menos mal que todavía le quedaba Leyre, si no su vida no tendría ningún sentido.
Ahora se encontraba muy bajo de ánimos, la depresión le duraba ya un año, los había dejado todo: el trabajo, las salidas con los amigos, las cenas en restaurantes, todo…
Y no, eso tendría que cambiarlo. Él era un hombre joven aun, de tan solo 40 años, y tenía que vivir, y tenía que vivir doble, por él y por Marta.
Se había acabado llorar por todas las esquinas, quedarse en casa todo el día, pasar de la cama al sofá y del sofá a la cama. Iba a recuperar su puesto como empresario, ese empleo que le había costado tanto trabajo lograr y por el que tanto había luchado.

Tras dos horas de charla con la psicóloga se sentía mucho más animado y positivo, parecía que su vida volvía a parecerse un poco a la de antes y estaba decidido… llamó a sus amigos, esa noche habría cena en su casa. Esperaba que a Leyre no le importara demasiado, ya que estaba de exámenes y lo mismo era un poco lío… Pero bueno ella lo entendería, siempre lo entendía todo, había madurado tanto en un año…
Fue a cortarse el pelo y al supermercado a comprar algo para la cena. Y como le quedaba tiempo miró en las tiendas cercanas algo de ropa, llevaba sin comprarse nada un año. Miró en las tiendas más modernas, con la ropa que solía llevar parecía un viejo, y eso no podía ser en su nueva vida. A Marta no le gustaría y a Leyre tiene claro que no le gusta porque se lo repite constantemente.

Una vez ya de vuelta en casa, corre a ver a Leyre. Le cuenta los planes que tienes para la noche y como esperaba a Leyre no le importa.

Se dispone a hacer la cena, prepara una ensalada sencillita y unas brochetas de salmón y patatas fritas… las patatas fritas… eso nunca falla.
Sobre las 9 de la noche comienzan a llegar sus amigos, se sientan todos juntos a la mesa. Comienzan a contarse las novedades… aunque para él las novedades son demasiadas, lleva un año sin verlos… y sin darse cuenta… por primera vez en un año, sonríe.


CAPITULO 4

Y aquí estoy tumbada en la cama pensando sobre mi vida. En verdad no se si soy feliz o no. No se nada, estoy llena de dudas.
En ese momento entra mi madre a la habitación.

-          Claudia, ¿vas a cenar?
-          No, esta noche no tengo hambre.
-          Tienes que cenar, últimamente no comes nada
-          Mamá, de verdad, no tengo hambre.

Mi madre se va, aunque no se queda tranquila. Así son las madres, siempre obsesionadas con que comamos, aunque no tengamos hambre.

Como os iba diciendo no se que me pasa, en verdad no debería tener queja de nada, pues seguramente tenga todo lo que una persona desee… Muchas veces veo la tele y pienso que estoy mal tontamente, con todos los problemas que hay en el mundo, yo debería andar por él con una gran sonrisa. Pero no es así, suelo estar algo triste y no puedo evitarlo.

Desde pequeña he tenido todo lo que he querido, los mejores juguetes, todo lo que pedía lo tenía, he ido a los mejores colegios, he vivido en muchas ciudades, tengo una familia que me quiere…
Pero en el fondo me siento muy sola.
He estado en muchas ciudades y posiblemente por eso no haya podido tener buenos amigos. Y mis padres están siempre trabajando.
Por suerte desde hacía un par de años estoy con Leyre, que se ha convertido en una de las personas más importantes en mi vida. Con ella lo comparto todo, me entiende, y me ayuda siempre, como yo a ella.

Hay algo en lo que ella no puede ayudarme y que me agobia mucho ahora mismo, no se que hacer con mi vida, con mi futuro… No se que estudiar.
Tengo la Selectividad cerca, a dos semanas escasas… y todavía no tengo nada pensado. Eso me hace que no me pueda centrar. Llevo buenas notas así que eso amplia mis posibilidades.

Y, ¿qué más os puedo contar sobre mi? Tengo varios perros, dos hermanos, mi color favorito es el rosa, mi número de la suerte el 7, mi comida favorita la pizza, mi bebida el zumo de piña, sobre la música… me gusta todo, excepto la música clásica que tanto le gusta a mi padre, esa la odio. Mi actor favorito es Johnny Depp y mi actriz Cameron Diaz.
Y diréis que esto a vosotros qué os importa… pues lleváis razón.

Ahora vamos a lo importante… tema de chicos.
No he tenido novio nunca, y no se si lo quiero. Después de saber lo que han pasado algunas chicas de mi clase con sus novios y lo que pasa Leyre con el suyo… mejor me quedo como estoy. Ya bastante cosas tengo en la cabeza como para tener otra más…

Y bueno, así en resumen, esta es mi vida…

No hay comentarios:

Publicar un comentario